Los suicidas del fin del mundo: una crónica sobre la realidad de muchos pueblos latinoamericanos
Es primera vez que leo este tipo de género, la crónica: debo decir que me encanto, supongo que mucho tiene que ver con el momento actual en que me encuentro y la realidad que vivo día a día como médico rural, porque puedo ver en el pueblito de Las Heras, Argentina el reflejo de muchos otros pueblos Colombianos y supongo que Latinoamericanos, leer sobre la falta de oportunidades de Las Heras, sobre la descripción del su clima inhóspito y su viento infernal, me hizo recordar tanto a San Felix, corregimiento de Salamina, pueblito donde actualmente hago mi año rural y es que se podría decir que el nombre y los protagonistas son lo único que cambia, pero la falta de oportunidades para los jóvenes, la falta de lugares de esparcimiento, la violencia y los embarazos adolescentes sigue siendo igual aquí y allá, claro que debo decir que el problema del suicidio no es tan marcado, ahí supongo que hay un tema de identidad cultural importante y es aquí donde se plantean interrogantes tales cómo ¿es el suicidio una problemática sociocultural o un tema individual? yo personalmente pienso que es una mezcla de ambos, pero eso sería tema para otro blog.
Los suicidas del fin del mundo, para mi no es un relato morboso sobre las muertes sucesivas de jóvenes en extrañas circunstancias y que a todas luces superan la ficción, es para mi una denuncia descarnada y atrevida de Leila Guerriero, que dicho sea de paso tiene mi admiración como escritora, como periodista y como mujer, es la denuncia de la inequidad, la desigualdad de nuestros países latinoamericanos, de la falta de oportunidades y del sufrimiento del campesino, minero o trabajador del petroleo, en fin, del ciudadano raso, de la indiferencia de las grandes industrias de nuestros países y por supuesto de nuestros gobiernos. Era para mi inevitable comparar a estos trabajadores del petroleo de Las Heras, que entregaban sus mejores años de vida a YPF, a los trabajadores de las aguacateras de San Felix, la misma falta de oportunidades para estudiar, capacitarse, de acceso a la salud, de vías de acceso, infraestructura, son las mismas sólo cambia el lugar; una de las cosas que más me ha hecho reflexionar de mi rural es precisamente eso, ¿cómo es posible que el lugar de nacimiento determine de tal forma las oportunidades que tiene una persona en su vida? y es aquí donde inevitablemente viene a mi cabeza el trabajo de otro periodista excepcional que interpreto la realidad de America Latina de una forma única y supo hacer de ella un movimiento literario único: el realismo mágico, donde la realidad sobrepasa la ficción.
Y es que Las Heras, Santa Cruz, Argentina podría ser Aracataca, Magdalena o San Felix, Caldas, por que la adversidad a la que se exponen las personas que viven allí es de otros tiempos, es irreal, en lugares como estos, que son muchos, muchos más de los que desearíamos que fueran, el siglo XXI aún no ha llagado, la mujer sigue dedicándose al hogar, es víctima de violencia y de una sociedad machista, la mayoría de las personas no sabe leer ni escribir, si hay un médico, no hay más, no hay librerías o carreteras o centros de esparcimiento y sobre todo hay lo García Marquez supo percibir tan bien, hay soledad, hay desamparo e indiferencia, es por eso que aprecio y aplaudo el trabajo de Leila Guerriero, porque nos muestra una realidad sobrecogedora, quiere removernos, para que actuemos o al menos seamos conscientes de la realidad del otro: "cómo será, pensé, no verse reflejado en las noticias, no entrar nunca en el pronóstico del tiempo, en la estadística, no tener nada que ver con el resto del país. Imagina una vida así: sin que a nadie le importe."
Pero es en ese momento en el que yo como médico pienso cómo alguna vez menciono Gabo en su discurso de aceptación del premio Nobel (que por algo es la primera reseña que escogí escribir para ese blog), pienso y sueño como soñaba entonces él, como inventora de fabulas y escritora de este pequeño blog: "Que todavía no es demasiado tarde para emprender la creación de la utopía contraria. Una nueva y arrasadora utopía de la vida, donde nadie pueda decidir por otros hasta la forma de morir, donde de veras sea cierto el amor y sea posible la felicidad, y donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra."
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